Scaner, que tenía treinta y tantos años, fue uno de los primeros grandes grafiteros de Montreal. En los días posteriores a su muerte, cientos de escritores de Montreal y de todo el mundo, así como numerosos artistas callejeros, acudieron a las redes sociales para rendir homenaje y expresar su respeto por su hermano, su jefe, su rey, aquel que había sido tan una gran influencia en su propio desarrollo artístico.
Scaner, junto con sus hermanos de los equipos KG, DA y TFB (por nombrar sólo algunos), ha ayudado a dar forma a la escena del graffiti de Montreal, darle su estilo y hacerla brillar fuera de Montreal. Conocido internacionalmente, ha trabajado junto a muchos de los nombres más importantes del graffiti canadiense, americano y europeo. También ha invitado a Montreal a muchos de los mejores escritores internacionales, creando así redes para él y su familia artística.